Hace veinte años, uno de mis amigos más queridos me daba una llave, que se llamaba "La hierba roja", para asomarme a un sitio que ni sabía que existía.
Después vinieron muchas más llaves que me dio mi amigo. Y también "La espuma de los días", "El lobo-hombre", "Las hormigas", "El arrancacorazones", "El otoño en Pekín"...
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