El caso es que aquí estoy, con un bonito color dorado y tres o cuatro kilitos de más, que ya-sabéis-qué me dejó bastante consumidico.
La Luci, la Maribel, el David y su caldereta de langosta y mi estancia en la isla me han ayudado a la recuperación (física sobre todo, para la psíquica aún me queda, que tengo a mi psicoanalista de vacaciones).
El caso es que aquí os dejo con una instantánea lograda con mi nuevo juguete; me flipan los kite surfers que se ponen entre el Puerto y Alcudia...
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