Como todos los años, he pasado parte de mis vacaciones visitando a mi querida Luci y su perra Troy, en Mallorca, esa isla con calas paradisíacas, aguas azul cobalto, contrastes vertiginosos entre sierras y playas, y...
Y el kitsch más imposible y arrebatador!
¿Dónde, si no en Mallorca, podríamos encontrar el anuncio de una parrilla mostrando una reunión de pobrecillos animales de toda especie y condición alrededor del criminal artefacto, ajenos a su inmediata suerte?
¿Dónde, si no en la parroquia del Puerto, se atreverían a anunciar un club de lucha grecorromana con la estampa de dos niños en plena y calenturienta llave de tedoycontóloquetengo?
Repetid conmigo: ¡Viva el wrestling isleño! ¡Viva el peplum parroquial! ¡Vivan las ostras y los caracoles!
1 comentario:
Pues eso es porque no has visto mi foto del felpudo...
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