A ver, los que recibís esto me conocéis. Conocéis mis gustos, mi criterio, muchos de mis defectos y algunas de mis virtudes. Y me consta que por todo ello, o a pesar de ello, me queréis. Yo también os quiero. Así que hacedme caso y, si aún no habéis ido (algunos sé que sí), corred a ver la de Woody Allen. Es la hostia, es brillante, es tierna, es todo lo que se pueda decir de ella, y un poco más. Te reconcilia con la vida y con tus congéneres. Te hace mejor persona. Y un poquito más feliz. ¿Alguien da más?
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