Eso sí, a amarrarse los machos, que luego serán los impuestos; y como aquí uno anda en la franja alta, la de los "fuertes", la de los pudientes, pues también nos tocará...
Y yo me miro y no sé muy bien qué hago con un coche de mierda (que además me está saliendo carísimo), y en qué ando que hace un año que no me he movido a ningún lado (si exceptúo Madrid, que no lo cuento, faltaría más), y qué cojones pasa que ni tengo casa ni pinta como que vaya a poder tenerla...
Ea, recortaremos de taxis nocturnos, de ropitas pijas, de desayunos opíparos y hasta de la marca de ginebra; lo que tengo claro es que si yo me hundo, los beneficiados por mi inconsciencia consumista también lo van a notar; faltaría más; a ver si aquí los únicos que vamos a tener que apretar el culo somos los que hemos estado estudiando y formándonos diez años para llegar a donde estamos...
Ah, el señor de aquí al lado es Albert Barniol, el hombre del tiempo de la uno y uno de los pocos placeres que quedan al alcance del funcionariado con mermado sueldo; el placer, digo, es oírle hablar de "hectopascales" mientras por debajo de esas chaquetas ajustditas que usa le asoma semejante paquetazo; y encima en sus ratos libres parece popero; en fin, que os dejo, que me voy al baño a aliviarme; besos con recortes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario