... el que me acompañe en las jornadas de estudio previas al examen.
Zot, me refiero.
Después de seis horas netas de estudio diario (o sea, unas ocho con el culo pegado a la silla), me desestreso leyendo un cómic en el que el villano tiene la cabeza con forma de edificio Chrysler.
Señor, ¿cómo acabará ésto? (lo mío, digo...).
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