Irte a Madrid con 18 años, hacer amistades como no has conocido hasta ese momento...Pasa el tiempo, y por una serie de cuestiones muy difíciles de explicar (incluso a tí mismo), te distancias... hasta que por fin te atreves a mirar, a preguntarte, a entender.
Y entonces, veinte años después de conoceros, estás con ese amigo y su hijo paseando por Fuencarral, hablando de las cosas que molan de la vida, y comprendes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario