sábado, 25 de agosto de 2012

Y uno de estulticia

Mientras fuera nos cocíamos a más de treinta grados, estos señores tan guay nos miraban desde detrás de sus gafas de pasta embutidos en abrigáncanos y jerseys de lana...

Dos ejemplos de creatividad

 Un estanco en la calle Nicasio Gallego, con toda la fachada forrada de pizarra y unos maravillosos dibujos del... propietario?
Un anuncio en la fachada de un sephora, o un top shop, o una cosa de esas, y el proceso de customización a que se ha sometido a la modelo...

martes, 14 de agosto de 2012

"La densidad de tramas y la credibilidad de los personajes de Born Again parece presagiar la ficción audiovisual del siglo XXI.


Es un drama polifónico como Los Soprano o The Wire que no concluye -y esto es algo insólito en el cómic de superhéroes de todos los tiempos- con un enfrentamiento físico con el villano. Matt Murdock devuelve a Kingpin los golpes recibidos en la misma moneda en que los ha cobrado: a través del escándalo, a través del rastro de contactos corruptos y «la pista de papel»: todo está conectado. Al fin y al cabo, Kingpin es inmune al daño físico, como es inmune a la moral. Sólo le afecta la economía. Como el gángster descrito por Enzensberger, es el mafioso como manifestación del capitalismo. En un sentido estricto, Kingpin ni siquiera es el mal. Es el sistema. 

Por eso, el héroe sólo puede ser un rebelde antisistema, un individuo que se niega a someterse al compromiso. Foggy Nelson es contratado por Kingpin, Matt Murdock pierde la licencia de abogado, es decir, el permiso para operar dentro del sistema. Pero al perderla, gana. Es la herencia del objetivismo de Ayn Rand que le llegó a Miller a través del Spiderman de Steve Ditko."

Extracto de un artículo de Santiago García a propósito de la obra maestra de Frank Miller y David Mazzuchelli. El texto completo, AQUI

"That´s why MI AMOR deserves...

... a TUNA PAELLA surprise!!!"



Unos cuantos spots, igualmente epatantes, AQUI.

lunes, 13 de agosto de 2012

"-Yo iré de bandido -interrumpió Tupman.

-¿Cómo? -dijo el señor Pickwick con repentino sobresalto.
-De bandido -repitió Tupman con suavidad.
-¿No me irá a decir -dijo el señor Pickwick, observando con solemne fijeza a su amigo-, no me irá a decir, Tupman, que su intención es ponerse una chaqueta verde de pana, con una cola de dos pulgadas?
-Esa es mi intención -replicó con calor Tupman-. ¿Y por qué no?
-Porque, señor Tupman -dijo el señor Pickwick, muy alterado-, porque usted es demasiado viejo.
-¡Demasiado viejo! -exclamó Tupman.
-Y si eso no es bastante motivo para objetar -siguió el señor Pickwick-, porque está usted demasiado gordo.
-Señor Pickwick -dijo el señor Tupman con el rostro encendido de rojo-, eso es un insulto.
-Señor Tupman -replicó el señor Pickwick en el mismo tono-; no es ni la mitad de insulto para usted que lo que sería para mí verle en mi presencia con una chaqueta de pana verde de dos pulgadas de cola.
-Señor Pickwick -dijo Tupman-, ¡es usted un grosero!
-Señor Tupman -dijo Pickwick-, ¡usted también!"


A este señor, en cambio, le sentaba estupendamente la chaqueta de pana verde con dos pulgadas de cola...

martes, 7 de agosto de 2012

Nueva entrega de El Comidista

"Lucía: Llámame lo que quieras, pero creo que hay una secta culinaria de personas que anteponen las tijeras por encima de todo. Creí que era algo normal de mi abuela, guapa segoviana de 88 años, y su momento antropolófico de cortar el lechazo navideño, pero me equivoqué: el tema este del Club de la Tijera va más allá. El otro día, una compañera de trabajo, joven y gallega, me preguntó (así, en toda la cara) que cómo cortábamos los madrileños el pulpo que llamamos "a la gallega", que si lo hacíamos con tijeras. Tengo la curiosidad de saber si cortar con tijera los ingredientes de los platos típicos le da mejor sabor o es sólo un cuento de fetichismo. Creo que tiene que ver con el sobeteo, pero también dependerá de lo que hayas tocado antes, ¿no?

Querida Lucía, no entiendo muy bien todo esto que me cuentas, pero yo creo que tu amiga "joven y gallega" te está tirando los trastos. La tijera o tijereta es una práctica sexual lésbica muy conocida, aunque por lo que dices al final del sobeteo me da que todo esto no te pilla de nuevas, ¡picaruela! Claro, con lo de "la secta de personas que anteponen las tijeras por encima de todo" te estás refiriendo al bar de ambiente de tu barrio. Mujer, ¡que ya no hace falta hablar en clave, que los tiempos en que quemaban a los homosexuales ya pasaron! ¿Y tu abuela de 88 años también es lesbiana? Me declaro refans de tu familia. Respecto a la duda estrictamente culinaria, las majaderías con las que venís a este consultorio se superan cada semana. ¿Qué demonios tendrá que ver el sabor de un alimento con que lo hayas cortado con tijeras o cuchillo? Otra cosa es que sea más cómodo operar con una herramienta o con la otra. Ah, y te felicito por lo de momento "antropolófico": desde los tiempos en los que como empleado de Chueca.com tenía que lidiar con gayers analfabetos que escribían "homófogo" o incluso "homófugo", no había leído nada mejor."

"Debo crear un sistema o ser esclavo del de otro hombre"

William Blake.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Bizarría insular

Como todos los años, he pasado parte de mis vacaciones visitando a mi querida Luci y su perra Troy, en Mallorca, esa isla con calas paradisíacas, aguas azul cobalto, contrastes vertiginosos entre sierras y playas, y... Y el kitsch más imposible y arrebatador!
¿Dónde, si no en Mallorca, podríamos encontrar el anuncio de una parrilla mostrando una reunión de pobrecillos animales de toda especie y condición alrededor del criminal artefacto, ajenos a su inmediata suerte? ¿Dónde, si no en la parroquia del Puerto, se atreverían a anunciar un club de lucha grecorromana con la estampa de dos niños en plena y calenturienta llave de tedoycontóloquetengo? Repetid conmigo: ¡Viva el wrestling isleño! ¡Viva el peplum parroquial! ¡Vivan las ostras y los caracoles!