martes, 23 de agosto de 2011

Hace unos días, hice llegar este libro a un amigo...

... para compartir con él las emociones que me hizo sentir su lectura.
Hoy reponían en la tele la maravillosa adaptación de Robert Mulligan.
Cualquiera de los dos es de lo más recomendable. Transmiten lo mismo: la nostalgia por la infancia perdida, cuando empezábamos a descubrir el mundo y todo asombraba y estaba lleno de misterio. Hablan también del otro crecimiento (el moral), de dignidad y calidad humanas, y del amor y la admiración por los padres.
Me decía el amigo en cuestión que es el libro favorito de la señora esa que se fue del país y se llevó a su marido futbolista porque todo le olía a ajo. Parafraseando a Wilder, nadie (ni nada) es perfecto. Y, a tenor de los gustos literarios de la tiparraca, parece que nadie es tampoco un completo gilipollas...

domingo, 14 de agosto de 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

SDCC

O sea, la San Diego Comic Con. Como uno de nuestros salones del cómic, pero a lo bestia. La mayor concentración de frikis por metro cuadrado del planeta (probablemente, de cualquier planeta). Tenemos a Superman tatuado, en gallumbos y con botas-calcetín; un par de Wonder Women (o más bien una y un Wonder Travelo); un Spiderman al que se le notan los slips; un Warlock (el de la DC) recién salido de la cruz de castigo del Paw, a DarthVader con un soldado imperial después de una excursión al Rastro, Darth Vader transexual, Darth Vader chef y Darth
Vader primaveral; un señor de azul con un paquete considerable; una reportera de la Fox entrevistando a una pequeña Cosa del Pantano; a los tres finalistas del concurso "The gayest superhero alive"; a una rubia que no sabemos si viene de Kill Bill o de Los Muertos Vivientes, y... qué coño pinta Tootsie en medio de todo ésto???
El resto del inenarrable reportaje gráfico, AQUI



sábado, 6 de agosto de 2011

"Un niño no puede aceptar conscientemente que su rabia pueda dejarlo sin habla, ...

... o que pueda llegar a querer destruir a aquellas personas de las que él mismo depende para su propia existencia.
Comprender esto significaría tener que aceptar el hecho de que sus emociones pueden dominarlo hasta el punto de llegar a perder el control sobre ellas, cosa que no deja de ser un pensamiento bastante angustioso.
La idea de que en nuestro interior puedan existir fuerzas que se hallan más allá del alcance de nuestro control es demasiado amenazadora como para que se tome en consideración, y no solamente para un niño."
Bruno Bettelheim. Psicoanálisis de los cuentos de hadas.