sábado, 6 de agosto de 2011

"Un niño no puede aceptar conscientemente que su rabia pueda dejarlo sin habla, ...

... o que pueda llegar a querer destruir a aquellas personas de las que él mismo depende para su propia existencia.
Comprender esto significaría tener que aceptar el hecho de que sus emociones pueden dominarlo hasta el punto de llegar a perder el control sobre ellas, cosa que no deja de ser un pensamiento bastante angustioso.
La idea de que en nuestro interior puedan existir fuerzas que se hallan más allá del alcance de nuestro control es demasiado amenazadora como para que se tome en consideración, y no solamente para un niño."
Bruno Bettelheim. Psicoanálisis de los cuentos de hadas.

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