domingo, 21 de febrero de 2010

Morir de genio

Descacharrante; espeluznante; acojonante y acongojante el documental que me han pasado sobre este señor del que ni había oído hablar.
Pintor, poeta, músico, transgresor, homosexual, presidiario, heroinómano, enfermo de sida, travesti, gamberro, triste, maldito, underground, con un sentido del humor afilado como un cuchillo.
Le dedica una canción de amor a su camello. Rueda un documental sobre una multinacional perfumera que le roba un cojón a un actor porno ruso para fabricar el perfume definitivo, la trampa hormonal inescapable. Vaga, enfermo terminal, por unas termas en Budapest vestido de albornoz y pañuelo de seda al cuello. Se desgüeva haciendo de Cristo mártir muriendo en el agua, no en la cruz, mientras los colegas le tiran pastillas efervescentes de redoxón.
Y mientras tanto, yo viendo peliculitas del Tom Ford en mis ratos libres. Como diría la gran Julianne Moore en Magnolia: "¡Qué vergüenza, por dios, qué vergüenza!".
Hala, a hacer deberes y a poner "Pepe Sales" en el google...

No hay comentarios: