domingo, 4 de diciembre de 2011

Sí me esperaba que me volverían a bajar el sueldo.

NO me esperaba que, además, tendría que trabajar más horas.
Sí me esperaba algo raro de mister "te abordo por la calle y te pido el teléfono".
NO me esperaba que llevara cinco años viviendo con un tío. Y menos aún que su idea de un plan irresistible fuera invitarme a la jornada de puertas abiertas del Congreso. Prefiría que me hubiese propuesto ver el terrario de los mandriles en el zoo, que me parecen más íntegros y mejores personas que la mayoría de diputados; pero divago...
Sí me esperaba que la Maga aguantara veinticinco minutos solita en Monte Esquinza.
Y desde luego, de ninguna de las maneras me esperaba que esta tarde-noche mi perra se pondría de parto... psicológico!!!
¿Estaré errando al enfocar mi futuro profesional hacia el Psicoanálisis, y debería hacerme psicoveterinario? ¿Tengo que hacer como que cuido a los psicocachorros? ¿Les pongo unas psicocunitas? ¿Llegarán a hacerse unos psicoperros de provecho?
Dios mío, cuánta incógnita. Cuánto sobresalto. Cuántas dudas...
Ah; la señora de la foto; es un jeroglífico; la pregunta es: "¿Cuánto he corrido hoy?".
(La respuesta es "10", no "la mujer perfecta").

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