jueves, 29 de octubre de 2009

Una nueva receta del "Manual de cocina para principiantes"?

No, queridos, no...
Unos cuantos de vosotros ya os habéis enterado por teléfono.
Para los que no: puesto número 52 para un total de 56 en la lista DE-FI-NI-TI-VA. Vamos, que ha bajado la virgen a verme. Que cojo plaza. Que se acabó la interinidad y a partir de ahora paso a ser personal estatutario fijo. O como dijo el otro día una compañera: "Que ya tienes los garbanzos asegurados de por vida".
Han sido ocho mesezacos de estudio, neuras, examen, lectura de examen, batacazo, hostias en el amor propio y en muchos más sitios; expectativas frustradas, desesperaciones, nuevos esfuerzos, esperanzarse otra vez, ansiedades, angustias y agonías; no dormir, cagarme literalmente por las patas para abajo, perder demasiado peso, ponerme bastante pesadito (lo sé, lo sé), y tener unas pesadillas de peli de miedo...
Vamos, lo más parecido a un parto que voy a tener en mi vida. ¿El retoño? Pues eso, el plato de garbanzos.
Esta mañana en el curro hemos desayunado con champán. Mañana tiro para Madrid y yo me sé de dos que los voy a cebar a cenar. Hay otra más que -me reitero- me la voy a traer de Mallorca sólo para celebrarlo. Algo habrá que tomarse en la Corredera con otro par de buenos amigos. Y sí, también habrá que celebrarlo en Suiza, entre relojes, vaquitas y chocolate.
Desde este vuestro blog, gracias a todos los que durante estos meses habéis soportado con paciencia mi estado de ánimo desquiciado, mi pesimismo a ratos, mis quejas y lamentos. Ahora, por fin, toca festejar...