viernes, 18 de julio de 2008

Demonios interiores, Ferrara, Keitel y New York


La tenía medio olvidada, y esta mañana la nombraban en un artículo en el periódico.
Ferrara no es santo de mi devoción, pero en esta me estremeció.
Por el grado de perversión del personaje de Harvey.

Por el retrato de un New York muy muy sucio, en muchos sentidos.
Por cómo esta historia de descenso a los infiernos y redención hace reverberar los posetes de la educación católica de un apóstata convencido (que no de facto).

No hay comentarios: