viernes, 4 de julio de 2008

Menú de fin de semana

A-CO-JO-NAN-TE
Sólo comparten un atardecer, un amanecer y un ratico de patinaje en Central Park, pero su historia de amor quedará para siempre como una de las más tiernas, imposibles, y emocionantes.
El jodío australiano consigue que te creas que la Naomi Watts y un mono de diez metros hacen la pareja perfecta...
Lloré como un chiquillo. El destino es cruel. Nueva York tendría que haberse rendido a los pies de ambos. Si hubiera Dios, al final el alcalde los habría casado en el City Hall. Lo digo en serio.

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