Ante la duda de si me bajan el sueldo un 5 (que va a ser que no), un 10 (me temo que lo más probable) o un quince (no quiero ni pensarlo), ando redactando mi propio plan de austeridad.Éste incluye suspender el primer café del día, suspender también la tostada de media mañana (ésto es una cosa más simbólica que efectiva; pretende ser una protesta porque me hayan subido el precio del almuerzo un 20% mientras mi sueldo bajará un 10), pasar a comprar algo menos de la mitad de comics al mes (lo siento, chavales de El Aventurero, os quiero pero la austeridad es la austeridad), o volver a ir a Madrid los viernes en vez de los jueves tarde/noche (lo que repercutirá en mis queridos Manuel y Elsa, las chicas de la croissantería maravillosa y los garitos de la cena de los jueves, aunque éstos seguirán contando con Víctor Sandoval, al que no afectan la crisis ni las picaduras mortales de araña, con lo que no creo que noten mi gesto). Ah, también pretendo reducir en unos diez euros mi factura de móvil, con el perjuicio directo que esto os causará.
En total, unos trescientos euritos menos al mes; que viene a ser lo que menguarán mis ingresos, si se cumple lo del 10% (si al final es un quince, habrá que seguir con los recortes).
Vamos, que ésto es como uno de esos preciosos dibujos hechos con fichitas de dominó; que el funcionario paga el pato (algunos; los de Aena, Renfe y Metro ya se han librado; será que no interesa una huelga de transportes públicos a lo bestia), pero la mierda salpica.
Y mientras llega el día 21 y vemos qué pasa con lo mío, se me ha ocurrido que podría pedir que exhumen al marqués de Hendrick´s para una prueba de ADN, que seguro que algún parentesco tengo con él. Lo digo por lo de mi pepino...
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